viernes, 21 de marzo de 2014

PLATERO Y LA PRIMAVERA

Traigo a nuestro blog de la biblioteca un capítulo de 'Platero y yo' que tiene por título el nombre de la estación que hemos comenzado. Sirva como pequeño homenaje a esta gran obra de la Literatura.


"La primavera" (Capítulo XXV de 'Platero y yo')

En mi duermevela matinal, me malhumora una endiablada chillería de chiquillos. Por fin, sin poder dormir más, me echo, desesperado, de la cama. Entonces, al mirar al campo por la ventana abierta, me doy cuenta de que los que alborotan son los pájaros.


Salgo al huerto y canto gracias al Dios del día azul. ¡Libre concierto de picos, fresco y sin fin! La golondrina riza, caprichosa, su gorjeo en el pozo; silba el mirlo sobre la naranja caída; de fuego, la oropéndola charla, de chaparro en chaparro; el chamariz ríe larga y menudamente en la cima del eucalipto, y, en el pino grande, los gorriones discuten desaforadamente.


¡Cómo está la mañana! El sol pone en la tierra su alegría de plata y de oro; mariposas de cien colores juegan por todas partes; entre las flores, por la casa —ya dentro, ya fuera—, en el manantial. Por doquiera, el campo se abre en estallidos, en crujidos, en un hervidero de vida sana y nueva.

Parece que estuviéramos dentro de un gran panal de luz, que fuese el interior de una inmensa y cálida rosa encendida.      

Si quieres escucharlo al mismo tiempo que lo lees, solo tienes que pulsar para que comience el audio. La locución es de Manuel López Castilleja y la música que se oye de fondo es Park Avenue waltz de Charles Chaplin.

Que disfrutes de la lectura... y también de la audición.



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