Ilustración: Leer.es |
Ilustración de Mikhail Fedorow |
Bibliotecas, librerías, centros educativos y otras entidades celebran habitualmente este aniversario mediante la organización de exposiciones, encuentros con escritores e ilustradores, presentaciones de libros, cuentacuentos y muchas más propuestas que tienen como misión fundamental la animación a la lectura.
Este es el texto que Sergey Makhotin ha escrito para celebrar el Día Internacional del Libro Infantil 2017. Léelo, te va a gustar.
En mi más tierna infancia me gustaba construir casitas con bloques y todo tipo de juguetes. Solía usar como tejado libros infantiles ilustrados; en sueños, subía hasta el interior de la casa, me acostaba en la cama hecha con cajas de cerillas y contemplaba las nubes o el cielo estrellado. Todo dependía de la imagen que más me gustase.
Instintivamente, seguí la ley de vida de todo niño que busca inventarse un ambiente cómodo y seguro. Para conseguirlo, un libro infantil siempre fue de auténtica ayuda.
¡Qué alegría tener un nuevo libro en mis manos! Al principio no sabes de qué trata, te resistes a la tentación de abrirlo por la última página. ¡Y qué bien huele! No es posible descomponer su olor: tinta, pegamento… No, no lo es. Tiene un aroma especial a libro, uno excitante y único. Las puntas de algunas páginas se pegaban como si el libro no se hubiera despertado aún. Se despierta cuando lo empiezas a leer.
A medida que vas creciendo el mundo de alrededor se va complicando. Te enfrentas a cuestiones que incluso un adulto es incapaz de resolver. Sin embargo, es conveniente poder compartir las dudas y los secretos con alguien. Y aquí es cuando el libro viene en tu ayuda. Probablemente muchos de nosotros nos hemos planteado: ¡este libro lo han escrito para mí! Y el personaje protagonista de pronto parece ser como tú. Vive los mismos problemas y los trata con dignidad; otro personaje no se parece a ti en nada pero quieres que sea como tu ideal, pretendes ser tan valiente y capaz como él.
Me echo a reír cuando un chico o una chica dice "no me gusta leer". No les creo. Seguro que toman helado, juegan y ven películas muy interesantes. En otras palabras, les gusta divertirse. La lectura no es una tarea agotadora que desarrolla los sentimientos y la personalidad, sino, ante todo, es un gran placer.
¡Precisamente, esta es la intención de los autores que escriben libros para niños!
Escrito por Sergey Makhotin
Traducido por Yana Shvedova
Ilustrado por Mikhail Fedorov
Traducido por Yana Shvedova
Ilustrado por Mikhail Fedorov
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