Tal día como hoy de 1900 nacía María Moliner: archivera, filóloga y un nombre esencial en la historia de la lexicografía, ya que fue la autora del "Diccionario de uso del español", que contiene más de 90.000 entradas y 190.000 acepciones y subacepciones.
Pero, sobre todo, fue una bibliotecaria comprometida que luchó por llevar los libros y la lectura a los entornos rurales por medio de las bibliotecas.
A los bibliotecarios rurales*
Estas Instrucciones van especialmente dirigidas a ayudar en su tarea a los bibliotecarios provistos de poca experiencia y que tienen a su cargo bibliotecas pequeñas y recientes. Porque, si el éxito de una biblioteca depende en grandísima parte del bibliotecario, esto es tanto más verdad cuanto más corta es la historia o tradición de ese establecimiento. En una biblioteca de larga historia, el público ya experimentado, lejos de necesitar estímulos para leer, tiene sus exigencias, y el bibliotecario puede limitarse a satisfacerlas cumpliendo su obligación de una manera casi automática. Pero el encargado de una biblioteca que comienza a vivir ha de hacer una labor mucho más personal, poniendo su alma en ella. No será esto posible sin entusiasmo, y el entusiasmo no nace sino de la fe. El bibliotecario, para poner entusiasmo en su tarea, necesita creer en estas dos cosas: en la capacidad de mejoramiento espiritual de la gente a quien va a servir, y en la eficacia de su propia misión para contribuir a este mejoramiento.